En una velada cargada de energía latina y orgullo tricolor, Michael Morales volvió a demostrar que su camino en la UFC está escrito con potencia, precisión y personalidad. Antes de ingresar al octágono del Madison Square Garden, el ecuatoriano eligió un himno contundente: “Abayarde” de Tego Calderón, una canción símbolo del reggaetón clásico y de la identidad caribeña que retumbó en cada rincón del mítico escenario neoyorquino.
La elección musical no fue casual. Morales convirtió la entrada en un mensaje: fuerza, barrio, cultura y poder. La ovación del público se mezcló con el ritmo de Calderón, creando un ambiente eléctrico que anticipaba lo que estaba por venir. Y así fue.
Dentro del octágono, Morales no esperó demasiado para cumplir su promesa. Con una actuación dominante, el tricolor consiguió un TKO en el primer asalto frente a Sean Brady, quien llegaba como el segundo mejor rankeado de la división welter (170 libras). La victoria no solo confirmó el nivel del ecuatoriano, sino que lo catapultó oficialmente como el primer candidato al título de la categoría.
Ese cinturón, actualmente en manos de Jack Della Maddalena, se pondrá a prueba este sábado 15 de noviembre, también en el Madison Square Garden, cuando el campeón defienda su corona ante Ismael Makhachev. Y mientras la división se prepara para otro choque de alto calibre, Michael Morales ya se perfila como el próximo en la fila, listo para pelear por convertirse en el primer campeón ecuatoriano en la historia de la UFC.
La noche en que “Abayarde” sonó en el MSG no fue solo una entrada triunfal: fue el anuncio de una nueva era para el tricolor. Morales está más cerca que nunca de hacer realidad el sueño de un país entero.