La Casa Blanca vive una fiesta la noche de este 23 de octubre. La soledad de Dida Domínguez refleja dos cosas: el buen juego de Liga de Quito y la superioridad sobre Palmeiras.
El histórico guardameta no pasó sustos durante los primeros 30 minutos del partido. Más bien, por momentos fue parte de la Muerte Blanca que cantaba a sus espaldas.

Los disparos del ‘Verdao’ pasaron muy lejos de los tres palos, lo cual permitió que el Dida pase con tranquilidad y comience a olfatear un boleto a la gran final en Lima.

