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One Sánduche: el sabor de una familia que creyó en su sueño

Con 45 locales en Quito, One Sánduche nació de un sueño familiar, esfuerzo y creatividad. Sus sánduches de un dólar conectan a la comunidad, ofrecen calidad y muestran que emprender con amor y constancia sí es posible.

Familia Velastegui Pérez
Familia Velastegui Pérez Arrancaron con el negocio en la avenida República en Quito.

One Sánduche nació de un sueño familiar, una idea que surgió en los momentos previos a la pandemia. Jorge Velastegui, director de marketing, recuerda cómo toda la familia decidió unir sus talentos y renunciar a sus trabajos para crear un negocio pequeño, pero planificado. “Nos sentamos nueve meses a planificar toda la vida del negocio antes de abrir. Sabíamos que los sánduches de un dólar jamás desaparecerían”, asegura.

El concepto es simple pero poderoso: impulso y nombre. La marca se hace presente en la ciudad y genera confianza inmediata. Los clientes saben qué esperar: calidad, sabor y un precio inigualable.

Valores que se sirven en cada bocado

Para los Velastegui, One Sánduche refleja valores familiares como constancia, amor, creatividad y paciencia. Mateo Velastegui, director de operaciones, destaca cómo el proyecto apuesta por lo local y busca ser parte de cada barrio. “Intentamos estar cerca del pueblo de Quito que nos ha dado una aceptación increíble”, comenta.

Desde los barrios populares hasta oficinas y universidades, el objetivo es ofrecer un producto de buena calidad a un precio justo, acercando la comida a todo tipo de público sin distinción.


Para Dupperly Velastegui, encargada del marketing y las relaciones públicas, One Sánduche es más que una marca: es una historia de amor, constancia y conexión humana. Fue ella quien convirtió la cámara del celular en su primera herramienta de comunicación, documentando cada paso del emprendimiento mientras su familia cocinaba, atendía o cobraba.

Procesos, calidad y expansión

Mantener la calidad de los sánduches a un precio accesible ha sido todo un arte. La familia Velastegui desarrolló plantas propias para pan, jugos, snacks y salsas, estandarizando cada preparación. Así, sin importar el local que visites, la experiencia es siempre la misma.

Con 45 puntos de venta en Quito y planes de expansión a otras ciudades como Cuenca y Loja, One Sánduche se prepara para replicar su éxito. Por ahora, la marca maneja todo de manera familiar, sin franquicias abiertas, asegurando control, sabor y cercanía en cada local.

One Sánduche
One Sánduche Ahora tiene 45 locales.

Sabores que enamoran a todos

Los sánduches de One Sánduche son más que económicos: son creativos y variados. Desde el clásico pollo con mayonesa de apio hasta el mechado con salsa napolitana o el cerdo con salsa de romero. Actualmente, la marca ofrece 17 sabores, incluyendo opciones veganas y propuestas locales como el Higorella, con higo, relata Liliana Pérez, directora de Servicio.

One Sánduche
One Sánduche Tiene 17 tipos de sánduches que se pueden acompañar con diferentes salsas.

El sánduche Loco combina casi todas las proteínas en un solo pan, mientras que el Porknini, con cerdo glaseado, piña y cheddar, ya es favorito de los clientes que buscan sabores únicos y generosos.

Más que comida: una comunidad

One Sánduche no solo alimenta a Quito, sino que genera empleo y comunidad. Con 165 colaboradores directos y más de 1.200 familias beneficiadas indirectamente, la empresa combina emprendimiento y responsabilidad social. “Hacemos sentir a nuestros colaboradores como parte de la familia”, afirma Jorge Velastegui Pérez.

One Sánduche
One Sánduche Ofrece las más variadas salsas para todos los gustos.

Durante la pandemia, incluso adaptaron su servicio a domicilio, llevando sánduches en bicicleta a quienes no podían salir, reforzando su cercanía y compromiso con los clientes, recuerda con cariño Liliana.

Inspiración para emprender

La experiencia de One Sánduche es un ejemplo de perseverancia y valentía. Dupperly resume la filosofía familiar: “La constancia es uno de los pilares fundamentales. Lánzate. Aunque tengas miedo o incertidumbre, inténtalo. Nosotros empezamos desde cero y hoy estamos en toda la ciudad”.

Así, un dólar no solo compra un sánduche: compra historia, sabor y un sueño hecho realidad.

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