BIU, Broward International University, lidera la integración del desarrollo personal en las aulas a través del desarrollo de estas habilidades para acompañar el crecimiento de los estudiantes de posgrados.
PUBLICIDAD
Profesionales con mayores fortalezas en el ser y no en el hacer, es uno de los principales sueños que tuvieron los directivos de BIU (Broward International University). Por eso generaron toda una metodología de enseñanza en la que, sin importar la profesión o ambiciones de sus estudiantes, les permite potencializar competencias o habilidades que los lleven a aumentar las probabilidades de éxito en el mundo laboral.
Para ello, BIU desarrolló el programa Step Up Journey Into Success, el cual permite ayudar a perfeccionar todas aquellas habilidades que necesitará el trabajador en su vida diaria. Adquirirlas o reforzarlas va a permitir desarrollar profesionales competitivos y mejores seres humanos desde la etapa universitaria.
Los estudiantes de los posgrados pasan por tres etapas dentro del proceso, que es paralelo a los 18 meses que duran los programas académicos. El primero el autodescubrimiento, en el que se le ayuda al profesional a entender quién es laboralmente, cómo trabaja e interactúa y que sueña de su vida laboral y personal.
“Buscamos conocer cada estudiante como ser humano y fortalecer sus competencias para el mercado laboral. Tanto en conocimiento practico como en softskills. Definimos un perfil de comportamiento inicial y lo contrastamos con el perfil prototipo para los objetivos que tienen profesionalmente. A partir de ahí, trazamos un plan de desarrollo conjunto para empoderar las softskills que puedan ayudarlo a alcanzar sus objetivos. Sin modificar quien es en esencia, pero dotando al alumno de lo necesario para la integración al mercado laboral”, destacó Ferrán Calatayud, CEO de BIU University.
El segundo paso es el de crecimiento. Luego de conocer cómo actúa e interactúa, el profesional inicia a trabajar en sus oportunidades de mejora, sobre todo en situaciones de crisis, intemperancia y volatilidad (entornos VUCA). Para seguir con el tercer nivel que es la adaptación, y allí es donde se aprende a adaptarse al mercado actual.
¿De qué perfil es usted?
Todo el proceso es basado en perfiles de habilidades blandas de referencia de los principales cargos empresariales en las compañías más grandes del mundo. Así el profesional conoce de primera mano, cuáles habilidades blandas necesita para el trabajo de sus sueños y empezar a trabajar en cultivarlas.
PUBLICIDAD
Después de un análisis de millones de perfiles, los expertos de BIU se apoyan en 17 perfiles de referencia divididos en 4 grupos principales, que dan información sobre los comportamientos de una persona en el trabajo.
“Entender su propio perfil de referencia, así como los perfiles de referencia de sus compañeros de trabajo, puede suponerle una increíble ventaja en su carrera. Después de todo, casi todos los problemas en las empresas son problemas de personas, y si se sabe trabajar eficazmente con todo tipo de personas, esto supone una enorme ventaja en el mundo profesional “, aseguró Calatayud.
Perfiles analíticos:
Son más dominantes que extrovertidos y trabajan a un ritmo rápido. Generalmente se orientan más a la tarea que a las personas.
Perfiles sociales: son muy extrovertidos en comparación a otros empujes conductuales. En el entorno de trabajo, las personas con estos perfiles tienden a enfocarse a las relaciones.
Perfiles de estabilidad: tienen un nivel bajo de dominancia y extroversión, así como una intensidad alta en paciencia y formalidad. Las personas con perfiles de este grupo normalmente son estables, minuciosas con los detalles y trabajan bien dentro de una estructura y procesos.
Perfiles de persistencia: son más dominantes que extrovertidos y tienen una gran paciencia. En el entorno de trabajo, las personas con perfiles de este grupo son generalmente reflexivas, se orientan a la tarea y crecen cuando tienen el control sobre su propio trabajo.
Para los empleadores, evaluar el comportamiento de las personas en el trabajo lleva a un mayor conocimiento de sus impulsos conductuales inherentes y a anticiparse a qué esperar de ellos. Esto ayuda a las organizaciones a comprender qué impulsa y motiva naturalmente a sus empleados, así como donde pueden salirse de su zona de confort.